Titulo: Quizás era carne, quizás era amor.
Autora: Tae Colors [Tae]
Clasificación: Todo espectador ;D
Parejas: JaeMin { JaeJoong x ChangMin }
Género: Romance, Pena (?).
Quizás era carne, quizás era amor.
Su aliento se hacia notar en el vidrio de la ventana, era invierno, uno de esos demasiado fríos para el gusto de la mayoría. Su bufanda cubría su cuello, estaba ajustada, aunque algunas veces quisiera que lo estuviese más y ese calor que emanaba su boca al hablar desapareciera.
Esa tarde, el camino de vuelta a casa era más eterno que otros días…
Las cosas ya no eran como antes, estaba cansado, triste, no entendía el por qué, lo pensaba mil veces y no encontraba respuesta. Sus ojos evitaban la vista del otro hace días, sus manos se juntaban solo cuando el otro tomaba las suyas, los besos ocurrían casi solo cuando se lo pedían a gritos, no tenia ni la mas minima idea si quería besarlo o no, si quería abrazarlo o no, si quería ver su rostro o no, cuando estaba a su lado su cuerpo reaccionaba y lo hacia entender que si lo quería, pero al pensarlo estando lejos, prefería que siguieran así… lejos.
Fue una frase, basto solo esa frase para que todo cambiara rotundamente.
-¿Te pasa algo? Estas distante… más que otros días-
Mas que otros días…
¿Acaso era distante?
¿Acaso era necesario que estuviesen pegados el uno al otro las veinticuatro horas del día?
¿Era primordial que lo mirara de forma especial cada vez que sus miradas se cruzaban?
¿Era realmente necesario que todos supieran de su relación?
Había comenzado casi clandestinamente, a escondidas, como si fuese un delito, aunque no lo fuera.
-¿Te puedo besar?
Eso basto… esa pregunta cambio todo esa tarde, lejos de todos, de todo, arriba en la colina… más cerca del cielo.
-Si… si puedes-
Temerosamente se acercaron y ocurrió, no fue el primer beso espectacular ni mágico que quizás debió ser, no sintió mariposas en su estomago, lo habían besado mejor antes, pero se quedo ahí, pegado a su pecho, sentía el corazón del otro latir fuertemente… una señal quizás.
Y comenzó, esa extraña y casi loca relación dio inicio. Nunca nadie pregunto al otro si querían seguir así… juntos, pero lo hicieron, uno casi solo por corresponder, el otro… ni idea.
Pasaron unos días, salieron a pasear por las calles, rozando las puntas de sus dedos, no porque quisieran entrelazar sus manos, sino porque sentir el calor de un cuerpo ajeno, siempre es bienvenido.
Mensajes secretos llegaban a un teléfono móvil, con un nombre distinto a quien realmente enviaba el recado, hablando casi el clave morse. Porque era un secreto, uno extraño y a veces sin justificación, pero uno de ambos.
La clandestinidad le daba un toque sabroso, tal vez si el mundo se enteraba, perdería esa diversión, esa emoción… y se lo dijo, recibió una sonrisa de medio lado de vuelta.
Estaba claro, tenían algo, algo sin nombre, sin compromiso, pero algo al fin y al cabo. Se veían a escondidas, inventaban excusas para poder juntarse y que los demás no lo notaran. Porque era raro… ellos dos juntos, resultaba casi extravagante.
Pensaba en él al despertar en las mañanas, al escuchar esa canción en su iPod, al ver ese pastel que tanto le gustaba. Ya no pensaba en comprar un refresco, sino dos… quizás él también tenia sed.
Perfecto, hasta ese momento JaeJoong pensaba que todo era perfecto, su mejor amigo creía que él, que esa nueva persona en la vida de JaeJoong era un buen partido y contando con esa aprobación era más fácil. Una persona externa ya sabía.
-¿Por qué?
-No se, intente encontrar tu mirada esta tarde, pero la evitabas…-
-Estaban todos ahí… no podía quedarte viendo demasiado tiempo se…-
-Se darían cuenta… lo se, pero ahora… hemos caminado durante horas y ni siquiera nos hemos besado.-
Algo se quebró, lo descoloco, de verdad estaba escuchando eso? ¿De verdad era tan malo? … habían estado hablando, mucho… como no lo habían hecho antes… ¿Y eso era malo? … ¿Era malo porque no le había dado un beso? En ese momento todo comenzó a dar vueltas, tomo distancia, miraba ansioso la hora y el camino por donde debía venir su bus para volver a casa, se quería ir.
-¿Te pasa algo?
-No ChangMin…
-¿Seguro?
-Si…
Podía ver su bus acercarse… las ganas de tomarlo y llegar pronto a casa aumentaron.
-Mi bus, ahí viene… Adiós-
Y lo beso, como ChangMin quería, beso sus labios y huyo.
Unos, dos, tres días pasaron y no podía volver a ser igual, ahora si estaba distante a conciencia, no porque quisiera, sino que no lo podía evitar.
Verlo cada día ya casi le estaba colmando la paciencia.
Un minuto quería abrazarlo y al otro empujarlo por las escaleras, se confundía y no entendía por qué, terminar su relación seria lo más fácil, solucionaba sus problemas, ya no pensaría tanto en él y tendría de vuelta ese preciado tiempo que le dedicaba cada día, para estar con sus amigos, distraerse.
Nueve, era nueve, se cumplía un mes… recién un mes de esa seudo relación y ya casi estaba arto, pero no quería terminar, no quería seguir.
El calor del cuerpo del otro le gustaba, más de una vez pensó que quizás solo eso le gustaba, en más de una ocasión cerraba los ojos y se dejaba llevar por el placer, por las sensaciones, olvidando realmente el nombre de quien compartía su cama en ese momento.
Quizás era carne, quizás amor.
Confusión.
Era la única palabra que tenia realmente clara.
Pero venia, lo había llamado.
-Estoy llegando a tu casa-
Porque lo había invitado a su casa, se acercaba.
Y abriría la puerta, al girar esa perilla… sonreiría, lo haría para él, le daría esa sonrisa que tanto quería ver Changmin en sus labios.
Una vez más…
Se escucho el sonido de los nudillos del moreno tocando a su puerta.
Y camino.
{Fin}